Conferencias y talleres
Sólo cuando abrimos nuestro corazón para dejar los mismos viejos hábitos, situaciones, trabajo, personas, etc., podemos empezar a comprender el «por qué» y el «para qué» de todo lo que nos rodea.
La verdadera comprensión surge cuando dejamos de mirar solo el exterior y empezamos a sentir lo que vemos desde a dentro de nosotros, reconociendo que somos parte de todo y que todo es parte de nosotros. Cuando nos permitimos recibir lo que la vida nos trae, cuando cambiamos la percepción de lo que podemos controlar y lo que no, cuando observamos en lugar de juzgar, empezamos a ser auténticos.
Muchas personas acuden a seminarios, terapias y retiros buscando algo que llevan anhelando toda la vida y, a veces, sin ser siquiera conscientes de lo que quieren en la vida. Acuden en busca de respuestas, esperando recibir consejos e información de cualquiera menos de ellos mismos.
La clave es dejar de buscar y empezar a ver todos los recursos que hay dentro de nosotros, encontrar ese lugar dentro de nosotros que tiene todas las respuestas, que no necesita hacer preguntas porque no las hay… porque no hay nada que cambiar. No hay nada malo, no hay nada bueno, a menos que lo vean así. No es el «problema» al que nos enfrentamos el que causa los verdaderos problemas, es cómo vemos estos problemas percibidos, cómo nos identificamos con él repitiendo inconscientemente los mismos patrones y diciéndonos a nosotros mismos las mismas mentiras que nos dijeron.
El proceso de desidentificación surge como una comprensión natural de la sensación de que cuando buscamos curación o medicinas en el exterior, el único camino es el interior. Estas conferencias pretenden descubrir lo que hay en lo más profundo de nosotros mismos, observar todos los bloqueos y la resistencia a encontrarnos con nuestro verdadero yo, por diferentes miedos que aprendimos o adquirimos en el pasado. Los métodos o terapias no funcionan, si no se reciben desde un lugar de aceptación y amor, estando dispuestos a encontrar nuestra verdad personal. Estos seminarios pretenden abrir el espacio para la autenticidad y la confianza, para recibir lo que otros pueden ver y nosotros no. Las palabras conscientes no se entienden a menos que estemos dispuestos a escuchar el mensaje de que somos la medicina y no somos nuestro pasado.
Es sólo la pureza de la inocencia, el amor por estar vivos, la confianza en el universo y en nuestro ser, la autoridad en las acciones y decisiones de amor propio, la comprensión de la unidad de que ya no hay «tuyo» o «mío», sino nuestro. Es el compromiso y la implicación para la comprensión mutua, para trascender la curación.